Hace unas semanas pudimos presenciar cómo la ciudad de Ávila retrocedía varios años atrás y se vestía de gala para celebrar la Feria Medieval. Todos los abulenses se volcaron en esta festividad con sus trajes medievales y paseando el buen humor por sus calles.
El olor a romero, incienso, queso, especias, embutido, las teterías, los puestos artesanales y las interpretaciones en plena calle nos hicieron trasladarnos a otra época en pleno centro de Ávila.