Respirar, oler, escuchar, mirar y
sentir.
De esta simple manera nos cargamos de la esencia de Marrakech en nuestras
últimas horas en la ciudad. Con todos nuestros sentidos activados recorrimos
las laberínticas calles del famoso zoco.
El souk o zoco de Marrakech está ubicado dentro de la medina de la ciudad. El
zoco está compuesto por una serie de calles repletas de tiendas o puestos donde se puede encontrar todo tipo de productos. Normalmente los artículos no suelen tener
un precio fijo, sino que como ya habíamos descubierto en los últimos días, (casi)
todo se regatea. Podríamos decir que el
regateo es su “deporte nacional” y se les da fenomenal, a nosotros en
cambio, bueno, creo que no es nuestro punto fuerte…
Sinceramente, con el regateo lo
pasamos mal, a veces nos quedábamos cortos y otras veces pedíamos demasiado, o
eso es lo que nos imaginamos cuando un hombre tal cual, nos echó de su tienda. Como
en todo hay límites y creemos que se enfadó por decirle una cantidad muy baja,
pero eso nos sirvió para saber hasta dónde podíamos pedir o dónde estaba el límite.
Paseamos por las diferentes zonas
del zoco, entre puestos de alfombras, zapatos, ropa, especias, souvenirs, lámparas,
gorros, aceitunas, cuero y más cuero. A veces, teníamos la sensación de que veíamos
lo mismo una y otra vez, como en un laberinto, vuelta al punto de partida. Así
que antes de que se nos hiciese tarde, compramos los últimos detalles para la familia y volvimos al Riad.
Habíamos dejado las mochilas en
el Riad Bonheur y tras agradecer el trato que nos dieron en el alojamiento, porque fue de 10, recogimos el equipaje y nos dirigirnos con tiempo suficiente al Aeropuerto de
Menara en taxi.
¡Hasta pronto, Marrakech! |
Tanto que llegamos con dos horas
de antelación, comimos unos bocatas y aún en tierra marroquí recordamos y
recopilamos toda la información que habíamos recibido en un corto periodo de
tiempo para darnos cuenta de que Marruecos tiene una magia especial, que siempre permanecerá
en nuestra retina.
Así por curiosidad, nos gustaría saber si a quienes ya conocéis
Marruecos también os ocurrió lo de cogerle cariño sin querer, o fue la
experiencia contraria. ¿Amor u odio?
Me encantó Marrakech. El primer día me agobié muchísimo entre el regateo, el tráfico, la gente, ... pero conforme pasaban los días me enamoré de la ciudad. ¡Volveré pronto! Genial post y vuestras experiencias en Marruecos!
ResponderEliminarMuchas gracias Paloma, creo que todos tenemos nuestro "momento agobio" en Marruecos, pero como bien dices, después nos enamoramos.
ResponderEliminarUn placer tenerte por aquí, un abrazo! ; )