13 de mayo de 2015

Marruecos - Día 1: Llegada a Marrakech y Essaouira

El pasado 28 de abril volamos desde Madrid a Marrakech en nuestro primer viaje a Marruecos. Estábamos nerviosos y ansiosos por llegar y conocer todo sobre lo que habíamos estado leyendo los días atrás.

Como llegábamos tarde, directamente fuimos al Riad donde pasaríamos la noche y a la mañana siguiente cogeríamos el autobús a Essaouira. Por eso, contamos como día 1 el día siguiente, pero os lo vamos a contar desde el primer minuto que pisamos la llamada “ciudad roja”. Bueno, incluso desde Madrid, donde tuvimos nuestros primeros “inconvenientes” antes de viajar: yo no pude sacar ni un euro por un problema con el banco y Chencho tuvo que coger un taxi desde el curro porque si no perdía el vuelo. ¿Qué buen comienzo eh?



Aterrizamos en Marrakech sobre las 23.30h y como viajábamos de mochileros, no tuvimos que esperar por las maletas. De apenas 100€ en efectivo que teníamos, cambiamos la mitad allí mismo (511 dirhams) pensando que igual en otro sitio estaría mejor el cambio, aunque al final resultó que ese no estaba mal. Al cruzar las puertas del aeropuerto, nos encontramos con muchísimas personas agarrando carteles donde ponía Riad “no sé qué”, Mr. “no sé quién”… Pero ninguno de ellos esperándonos a nosotros que habíamos ido por libre y teníamos que buscarnos la vida para llegar al Riad. Estuvimos unos minutos fuera del aeropuerto esperando a algún viajero para compartir taxi, pero fuimos de los pocos que habían ido sin el traslado al alojamiento contratado. Así que después de preguntar el precio, cogimos el primer taxi que se nos acercó y nos llevó hasta la calle más cercana al Riad por 150 dirhams (15€).

El camino hasta el Riad se nos hizo eterno, empezamos a callejear y no encontrábamos sentido a los números de las puertas, las calles eran como pasadizos con poca luz donde solo escuchábamos nuestra respiración, no nos cruzamos con nadie y en ningún sitio veíamos el cartel con el nombre del Riad. Pasados unos cinco-diez minutos (para nosotros veinte) vimos a un chico saliendo de una casa y le preguntamos por el Riad Amskal, nos contestó: aquí, ¡por fin habíamos llegado al alojamiento! Enseguida nos llevaron a la habitación, una habitación simple con dos camas y un baño, donde caímos rendidos. 

Chencho hablando con el chico del Riad Amskal - Marrakech
Nos despertamos, desayunamos tranquilamente y se nos fue el tiempo de las manos; nos liamos a hablar con el chico del Riad sobre Marrakech y Essaouira, nos enseñó la terraza, hablamos de fútbol,… y cuando llegamos a la estación de autobús para coger el billete a Essaouira hasta las 12h no salía el siguiente. Así que fuimos a comprar pan y unos plátanos por menos de 1€ y como el viaje duraba dos horas y media, aprovechamos para comer en el trayecto. 

Rias Amskal - Marrakech
Riad Amskal - Marrakech
Sobre las tres de la tarde ya estábamos en el pueblo pesquero de Essaouira. Nos invitaron a tomar un té de menta (típico de Marruecos) en la preciosa terraza azul del Riad Le Grand Large (nuestro alojamiento). Se estaba de lujo, pero ya era hora de ir a conocer Essaouira.   

Té Essaouira marruecos
Té de menta en el Riad Le Grand Large - Essaouira
Lo primero que hicimos fue conseguir un mapa. El chico del hotel nos mostró en el mapa lo que había que ver y decidimos empezar por el mirador. En Skala de la Kasbah hacía muchísimo viento y después de sacar fotos imposibles con los pelos a lo loco (¡qué suerte tiene Chencho!), paseamos junto a los cañones y continuamos junto a las miles de tiendas y puestos por la calle de la Skala hacia una de las plazas principales. En la Plaza Moulay Hassan pudimos sacar algo de dinero para los siguientes días y enseguida se nos acercaron varias personas ofreciéndonos “galletas de la risa”, que obviamente no compramos.

Skala de la Kasbah - Essaouira
Skala de la Kasbah - Essaouira
Continuamos hacia Skala du Port (el puerto), donde muchísimas gaviotas nos sobrevolaban ¡qué pasada había cientos! Claro, aún estaban vendiendo pescado en los puestitos del puerto y esperaban pillar cacho… La verdad que el olor era bastante fuerte, ¿qué se va a esperar de un puerto pesquero no? También nos quedamos un buen rato cotilleando cómo arreglaban los barcos. Nos guiamos por la costa y nos paramos unos minutos contemplando la larguísima y anchísima playa de Essaouira donde había niños jugando al fútbol y al vóley.

Con nuestras amigas las gaviotas - Essaouira
Puerto Essaouira Marruecos
Puerto - Essaouira
Playa Essaouira Marruecos
Playa - Essaouira
Antes de volver a entrar en la medina echamos un vistazo a la Plaza de Orson Welles, dedicada al director ya que rodó la película Otelo allí, aunque nos pareció que estaba un poco descuidada. Volvimos a adentrarnos en la medina por la Avenida Okba cruzando la puerta Bab Moulay Youssef dejando la mezquita a la derecha (donde no se puede entrar sin ser musulmán), con la intención de echar un vistazo a los puestos. 

Puerta Bab Moulay - Essaouira
Bab Moulay - Essaouira
Entrada Mezquita - Essaouira
Entrada Mezquita - Essaouira
Nos invitaron a pasar a uno de los puestos y mientras hablábamos sobre el viaje nos prepararon un súper mix de té junto a un chico finlandés que viajaba solo. También nos enseñaron más cosas que tenían en la tienda: especias, pastillas de olor para la ropa,…  y al final caímos en la tentación y compramos una pastilla de jazmín y una bolsa del mix de té pero más light, que el que nos dieron estaba muy fuerte. Estuvimos otra hora hablando con otro chico de un puesto de ropa sobre la diferencia entre nuestras culturas, fue una conversación súper interesante. El hombre hablaba  un inglés genial y nos mostró otra perspectiva, quizás más moderna de su cultura.

Tienda donde nos invitaron al té - Essaouira
Ya era tarde y con lo cansados que estábamos enseguida elegimos un sitio donde coger energía. Cenamos en Snack Mogador por 90 dirhams (9€) dos tortillas, una de queso y otra de pollo con patatas que estaban riquísimas acompañadas por el pan llamado msemen o rghaif que ya nos había cautivado.

Cena: Omelettes y msemen - Essaouira
Cena: Omelettes y msemen - Essaouira
Sobre las 22h subimos a la terraza del riad, observamos las calles casi irreconocibles que ya estaban desiertas. Nos dormimos con buen sabor de boca del primer día en Marruecos, un día genial conociendo gente y una cultura diferente


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