Hoy volvemos a la sección Cuenta tu Viaje con el relato de un gran amigo que está viviendo en Zurich sobre su viaje a Dresde, os dejamos en sus manos...
Aprovechando los poquitos días de fiesta que teníamos en Semana Santa, y ya que era una de las últimas oportunidades que teníamos de hacer un viajecito juntos, algunos amigos de máster y compañeros de piso organizamos una escapada por tierras germanas y checas. Entre las ciudades que visitamos fue Dresde, la capital de Sajonia, sin lugar a dudas la que más nos gustó a todos.
Esa noche, dormimos en el hostal ‘Cityherberge’. Aunque por fuera parezca un típico edificio de la época soviética, por dentro está renovado y sobre todo muy limpio. Sin duda es una opción recomendable para todo tipo de bolsillos, especialmente si eres estudiante. Además, el desayuno tipo buffet es siempre un plus muy valorado por la gente a la que le gusta empezar el día con el estómago bien lleno, como es mi caso.
Aprovechando los poquitos días de fiesta que teníamos en Semana Santa, y ya que era una de las últimas oportunidades que teníamos de hacer un viajecito juntos, algunos amigos de máster y compañeros de piso organizamos una escapada por tierras germanas y checas. Entre las ciudades que visitamos fue Dresde, la capital de Sajonia, sin lugar a dudas la que más nos gustó a todos.
Llegamos en tren a la estación central, de noche. En la zona de los andenes,
arcos metálicos de apariencia simple soportaban bóvedas acristaladas que dejaban pasar las luces nocturnas de la
ciudad, consiguiendo un efecto muy interesante. Salimos al hall,
una galería que me recordó un poco a la
Gran Galería del Museo del Louvre, pero aquí las obras de arte brillaban por su ausencia. En cambio, si había un par de parterres de flores muy coloridas, que le daban un aire muy “cuco” al
conjunto.
Estación Central - Dresde |
Esa noche, dormimos en el hostal ‘Cityherberge’. Aunque por fuera parezca un típico edificio de la época soviética, por dentro está renovado y sobre todo muy limpio. Sin duda es una opción recomendable para todo tipo de bolsillos, especialmente si eres estudiante. Además, el desayuno tipo buffet es siempre un plus muy valorado por la gente a la que le gusta empezar el día con el estómago bien lleno, como es mi caso.
Desde el hostal al centro de la ciudad apenas se tardan
5 minutos. Es importante señalar
que Dresde fue seriamente dañada durante la II Guerra Mundial, así que la mayoría de los edificios
y cosas para
ver están claramente restaurados. Sin embargo, han intentado seguir
un estilo parecido al original, y el
resultado no desentona para nada. Lo
primero que vimos fue el
ayuntamiento (en alemán, Rathaus), con su torre original
del color negruzco característico del mal de la piedra. A continuación,
la iglesia de la Cruz, donde solo pudimos visitar la entrada
ya que estaban organizando todo para el
concierto de Pascua.
Iglesia de la Cruz - Dresde de sonnenstrahl-ev.org |
De ahí a la plaza del mercado viejo (Altmarkt). Su nombre no deja lugar a dudas; era la plaza donde se
reunían los comerciantes para
vender sus productos. Hoy en día es un espacio abierto donde la
gente queda y, en días soleados como el que nosotros
tuvimos, algunos se sientan a tomar el sol. Al
fondo, a mano izquierda, se ve la iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche),
de estilo rococó en mármol blanco y con una bonita
cúpula llena de frescos, que más parece una ópera que una iglesia.
Altmark - Dresde |
Frauenkirche - Dresde |
Interior de Frauenkirche- Dresde |
De ahí a la orilla del río Elba, que pasa por el mismo centro de la ciudad. Encontraréis montones de edificios imponentes a lo largo de toda la ribera del río, desde museos de pintura
y esculturas hasta el ministerio
de Finanzas o la Cancillería del estado de Sajonia,
pasando por la ópera.
Albertinum (museo) - Dresde |
Justo al lado de la opera, en la ribera oeste del río, se encuentra el Palacio de Zwinger, diseñado en su día como invernadero para el jardín botánico, sala de exposiciones y escenario del festival de la Corte de Dresde. En la actualidad, acoge una pinacoteca de cuadros clásicos y un bonito jardín para relajarse o dar un paseo.
De ahí, cruzando el puente de Augusto
(Augustusbrücke), llegamos a la parte norte de la ciudad, la
llamada Ciudad Nueva. Aquí las calles son anchas y de estilo más moderno,
y en
especial merece la pena pasear por la Calle Principal (Hauptstrasse). Se trata de un boulevard donde siempre hay exhibiciones y
actividades de distinto tipo, como en este caso juegos para niños con motivo de las
fiestas de Pascua.
Palacio de Zwinger - Dresde (Wikipedia) |
Hauptstrasse - Dresde |
No teníamos mucho más tiempo, asi que de ahí volvimos al centro para coger el autobús hacia nuestra siguiente parada: Praga, así que en cuanto a restaurantes y eso, no os puedo decir nada, pero la ciudad era bastante barata y habia muchas opciones distintas de comida, asi que estoy seguro que encontraréis algo que se adapte a vuestros gustos y bolsillos.
Espero que esta entrada anime a muchos a venir a visitar Dresde, porque verdaderamente merece la pena. Me despido, no sin antes felicitar a mi amiga Natalia por este excelente blog y mandarle un fuerte abrazo desde Zurich. Seguiremos haciendo aportes para la causa :P :
Fdo. Un volador curioso.
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